
Era un día para disfrutar del bádminton en familia. El club bádminton Valladolid organizaba la tercera edición de su torneo benéfico «caminos cruzados» y era una jornada para pasarlo bien con la raqueta. No pensaba hacer fotos, al menos no muchas, pero ya que jugaban los niños decidí incluir mi pequeña Canon 700D con el 50mm 1.8 en el raquetero por si hacía alguna. El equipo mínimo que no añadiera mucho peso ay me permitiera hacer algo en un polideportivo con un deporte tan rápido como el bádminton.
Empecé a hacer alguna foto a los niños desde la grada, pero desde la organización del torneo me invitaron a que bajara a las pistas a hacer las fotos si quería. Eso me permitió poder tener un punto de vista más atractivo y que me pudiera acercar más a la acción. Les estaré siempre agradecido por habérmelo permitido, de otra forma no hubiera podido obtener la foto que acompaña esta publicación.
Una milésima de segundo es el tiempo que capturó el instante en el que Álvaro volaba en busca del volante con el estilo y elegancia que le caracterizan, mientras mantenía la concentración en seguir la trayectoria del volante hacia el suelo de su lado de la pista. Una milésima de segundo capaz de transmitir su esfuerzo y su entrega en cada punto, cómo pone el corazón en cada vez que golpea al volante.
No hay mucho más que decir de la foto, la escena habla por sí sola. La única decisión fue el blanco y negro, y la combinación de colores suyos junto con los del resto de elementos y personas no ayudaba a concentrar la atención en la escena así que para mi era casi obligatorio.
Cuando vi la foto en casa pensé que sería una buena candidata para participar en el concurso de fotografía deportiva de la Fundación Municipal e Deportes del ayuntamiento de Valladolid. En participado en otras ocasiones y hasta este año siempre lo había hecho con fotos de voleibol (voley playa en realidad) y de bádminton. Ambos deportes han sido muy importantes para mí, son los que más tiempo he practicado y mantengo un vínculo con ambos. Con el voleibol a través del torneo de voley playa Villa de Aranda, un torneo popular que acerca este deporte a jugadores de todos los niveles cada verano y en el que me podéis encontrar con la cámara y en la arena espero que algunos años más, y con el bádminton de forma más activa ya que lo sigo practicando en el club bádminton Laguna de Laguna de Duero. Ya que estos deportes han hecho mucho por mí, aprovecho para intentar darles un poco más de visibilidad y así agradecerles todo lo que me han dado. Y este año me han dado una alegría más con este concurso fotográfico, ya que esta foto ha ganado el tercer premio.
Si el recibir un premio siempre es motivo de orgullo y alegría, cuando le sumas que la obra premiada es en una disciplina que es una de tus pasiones como para mí es la fotografía, que muestra una de tus grandes aficiones que tiene un papel tan importante en tu vida como es el bádminton, y que encima el protagonista de la foto es tu hijo, representando a otro pilar de tu vida como es la familia, entonces la alegría y la satisfacción es indescriptible. Eternamente agradecido.

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