¡Pero qué rápido crecen estos pequeñines! Parece que hace dos días estaba haciéndole sus primeras fotos de recién nacido pero en realidad esos dos días han sido más de 3 meses. El tiempo vuela. Y ese recién nacido al que le encantaba dormir en los brazos de quien quisiera rodearle con su cariño ahora es un bebé muy risueño dispuesto a sacar una sonrisa a aquel que le dedique una mirada. Siempre hay cosas que nos recuerdan continuamente lo rápido que pasa el tiempo, pero pocas con la especial intensidad que tiene el ver crecer a nuestros niños. Es algo que sólo se puede entender en primera persona. Da igual que lo hayas visto con sobrinos o hijos de amigos. Cuando lo vives en tu día a día es cuando realmente te das cuenta de la dimensión que tiene el imparable avance de ese crecimiento. De todas esas pequeñas cosas que hacen que el bebé de ayer ya no sea el que es hoy aunque nos demos cuenta de ello mañana. Sí, mañana, cuando nos demos cuenta de que las sensaciones son diferentes, de que algo ha cambiado. Cuando sea demasiado tarde para que intentemos disfrutar de esos momentos que ya volverán, de esa mueca tan graciosa que ya no volverá a poner.
Crecen muy deprisa. Demasiado. Tan rápido que poco a poco, día a día, nos vamos olvidando de cómo eran tan sólo unos meses atrás. Afortunadamente tenemos la posibilidad de recordar un poco mejor como eran a través de fotografías y videos. Fotos como la que acompaña a este texto, que nos recuerdan esas ropitas con las que estaban para comérselos, esas posturas que sólo ellos pueden adoptar sin apenas esfuerzo y esa mirada, llena de curiosidad y ternura, según van descubriendo el mundo que les rodea. No será lo mismo que cuando tenían ese tiempo, pero aunque pasen los meses y los años podremos volver a verlos y recordar como eran, recordar esas sensaciones que experimentábamos al tenerlos en nuestros brazos. Nos da pena que crezcan tan rápido, pero es maravilloso poder verles crecer día a día.