Después de un par de días en los que la niebla se convierte en tu sombra, te envuelve y no quiere separarse de ti es fácil que vuelvan a nuestra memoria esos largos días de verano en los que parece que el sol nunca se va a poner. Ya volverán, y antes de que nos demos cuenta, por lo menos de momento la densa niebla ha aflojado su fuerte abrazo para dejarnos ver un poco más allá de nosotros mismos. El frío continúa, y lo hará por unos meses más, pero así debe ser. En invierno por frío y en verano por calor nunca acabamos de encontrarnos a gusto con el tiempo, pero siempre tendremos recuerdos a los que acudir en todas las estaciones para sentirnos más confortables.
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