¡A dormir! Es la hora de la siesta. La tranquilidad y la calma que transmite este tigre durmiendo sólo se ven superadas por su belleza.
Cuando piensas en un tigre la imagen que te viene a la cabeza es la de un gran felino moviéndose con elegancia conocedor del respeto que impone con sólo su presencia. Pero cuando el animal se encuentra en cautividad todo eso se diluye. En esta ocasión hacía lo que cualquiera haría en un día caluroso después de comer: dormir la siesta. Eso hizo que fuera imposible separarlo del cemento del suelo y la valla. Pero bueno ahí están, igual que en su día a día.
- Apertura: F5.3
- Velocidad del obturación: 1/320 s
- ISO: 100