El patrimonio arquitectónico y su particular emplazamiento entre los ríos Júcar y Húecar hacen del casco antiguo de Cuenca un lugar con un encanto especial.

Esta foto de Cuenca tiene ya unos cuantos años, pero cuando la veo aún recuerdo las sensaciones al pasear por sus calles. Es la magia de la fotografía, su capacidad de transportarnos en el espacio y en el tiempo a través de tan sólo una imagen. En este caso a esa época en la que había teléfonos móviles pero todavía no les habían puesto una cámara. Ese tiempo en el que estaba redescubriendo la fotografía gracias a mi primera cámara digital, abandonando mi cámara analógica en un cajón del que no ha vuelto a salir.

Supongo que en este tiempo Cuenca habrá cambiado, al igual que todas las ciudades. Pero espero que su casco antigüo conserve un aspecto similar al de la foto.

 

  • Apertura: F4
  • Velocidad de obturación: 1/90 s
  • ISO: 100

 

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