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¡A comer! ¡Buen provecho! Es lo único que puedo decir al recordar a ésta cebra comiendo mientras ignoraba las miradas de los que habíamos acudido ese día al parque de la naturaleza de Cabárceno para contemplar su belleza.
La acequia en Laguna de Duero nos invita a pasear a su lado ya sea a pie o en bicicleta. Es un espacio ideal para mantenerse en contacto con la naturaleza y disfrutar de la belleza de este entorno.
Ya sea andando, corriendo o en bici, es un agradable paseo de esos que te desconectan del día a día. Aunque esté cerca de la ciudad te aleja por completo de ella y del asfalto, dejando que la naturaleza te atrape y produzca una gran sensación de paz y bienestar.
No hace falta que diga que es uno de mis lugares favoritos para pasear. Poder disfrutar de lugar así a tan sólo unos pocos minutos de tu casa te hace sentir un privilegiado.
El agua en calma de la fuente de la plaza de Zorrilla en Valladolid, nos muestra el reflejo de los árboles que nos acompañan en el camino hacia la plaza de Colón.
En el corazón de la ciudad de Valladolid nos encontramos con la plaza de Zorrilla, punto de partida del Paseo de Zorrilla, una de las principales calles de la ciudad, y lugar de acceso al espacio verde por excelencia de la ciudad, el Campo Grande. Un parque natural por el que se puede pasear y contemplar animales como patos, pavo reales y ardillas. Un ejemplo de ardilla lo podéis ver aquí, cuya foto fue tomada allí.
El patrimonio arquitectónico y su particular emplazamiento entre los ríos Júcar y Húecar hacen del casco antiguo de Cuenca un lugar con un encanto especial.
Esta foto de Cuenca tiene ya unos cuantos años, pero cuando la veo aún recuerdo las sensaciones al pasear por sus calles. Es la magia de la fotografía, su capacidad de transportarnos en el espacio y en el tiempo a través de tan sólo una imagen. En este caso a esa época en la que había teléfonos móviles pero todavía no les habían puesto una cámara. Ese tiempo en el que estaba redescubriendo la fotografía gracias a mi primera cámara digital, abandonando mi cámara analógica en un cajón del que no ha vuelto a salir.
Supongo que en este tiempo Cuenca habrá cambiado, al igual que todas las ciudades. Pero espero que su casco antigüo conserve un aspecto similar al de la foto.
El faro que véis en la foto es el que se encuentra en Punta Nariga. La foto fue tomada en un día nublado, tan sólo unos minutos antes de que comenzara a llover. En el mirador de su primera planta podemos ver la escultura de un atlante, realizada en bronce, mirando desafiante al mar.
La foto original me gustaba, pero le falta algo. Algo que diera más protagonismo al faro y al cielo. La primera opción fue probar en blanco y negro. Reconozco que me gustaba, pero no acababa de convencerme. La uniformidad que le daba estaba bien, pero necesitaba algo más. Y la opción fue mantener una imagen monocromática pero con color. Y el resultado es el que véis. A mi esta opción me resulta la más atractiva de las tres que probé.
Los soportales del Teatro Calderón una noche cualquiera con un toque de “light painting” en la parte inferior. Gracias a la ubicación de los semáforos fue muy sencillo conseguir que las luces de de los vehículos dejaran estelas por toda la imagen. Esta me resultó especialmente atractiva por el patrón creado con rojo y amarillo. Lo normal es conseguir la estela roja correspondiente a la luz trasera de los coches así que esta le da un toque diferente. Por si te estás preguntando el origen de esta singular estela la respuesta es sencilla. Tan sólo es un ciclomotor con el intermitente encendido. Ese es el secreto de esos tramos amarillos.
No me preguntéis a qué variedad pertece esta flor azul es porque no sabré responderos. Lo único que puedo decir sobre esta flor azul es que me pareció bonita con esas gotas de agua sobre sus delicados pétalos.
Es una de esas fotos que no vas buscando pero que sientes la necesidad de hacer. Afortunadamente llevaba mi cámara compacta conmigo cuando me encontré con ella, porque fue imposible decirla que no. Fue como un imán que hizo que clavara mi vista en ella, y no me dejo separarla hasta que no ecuchó el sonido del obturador.
Su tamaño, su color, su ubicación… No sabría decir que fue lo que me sedujo, seguramente nada en especial pero todo en su conjunto.